En la mañana del día jueves 4 de abril dirigentes de diferentes
organizaciones sindicales y estudiantiles, realizaron un mitin en el centro de
Santiago en apoyo a la movilización que están realizando los trabajadores
agrupados en la Unión Portuaria de Chile a lo largo del país. En la acción, en
la que había dirigentes de peonetas de Coca Cola, de la Construcción, del Jumbo
así como el Vicepresidente de la FECH Fabián Araneda, se le entregó a la
Conferencia Episcopal a pedido de los huelguistas, un comunicado firmado por
diferentes organizaciones que busca su intervención en la búsqueda de una
solución al conflicto.
Además, el día de hoy los trabajadores del puerto de Valparaíso estarían
definiendo su apoyo a la movilización a pesar de la oposición sistemática de la
Confederación de Trabajadores Portuarios de Chile (Cotraporchi), organización
minoritaria y pro patronal del sector.
Cabe destacar que debido a las millonarias pérdidas que están sufriendo
los empresarios del sector exportador, diferentes agrupaciones gremiales han
pedido la intervención del gobierno e incluso la aplicación de la ley de
seguridad del Estado en contra de los afiliados a la Unión Portuaria. Esta
actitud contrasta radicalmente con la sostenida frente a la empresa Ultraport
(propiedad del grupo económico Von Appen), que tiene una historia larga de
abusos y de prácticas antisindicales, en las que de paso ha ignorado dictámenes
de la Dirección del Trabajo.
El periódico El Mercurio por su parte, emitió su edición de este jueves
con un titular referido al tema y una editorial en la que fustigó duramente a
los trabajadores como los culpables de esta situación, ignorando los continuos
quiebres de la ley por parte del empresariado, acusando el transfondo político
de las huelgas y denunciando el supuesto papel del Partido Comunista en los
hechos. En el fondo, el que la Unión Portuaria –una organización de hecho,
construida al alero del proceso de lucha de los trabajadores portuarios-
demostrara la capacidad de realizar huelgas políticas –hoy en solidaridad del
puerto de Angamos, el 2011 en apoyo a los estudiantes y sus demandas- ha
movilizado todas las fuerzas y medios del empresariado nacional para intentar
evitar un triunfo en la huelga.
La reacción destemplada de los empresarios y sus medios de comunicación
demuestra su temor ante la demostración patente de fuerza que están dando los
trabajadores de los puertos chilenos, y que existe actualmente la capacidad
–por más que una parte de la izquierda lo niegue- por parte de las
organizaciones de los trabajadores, de producir cambios y golpear al capital
transnacional a partir de su propia fuerza.
Por Felipe Ramirez
Por Felipe Ramirez
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