lunes, 14 de septiembre de 2009

A 36 años del Golpe, pasado y presente de la lucha proletaria.

No es suficiente que el pueblo despierte y que se dé cuenta de su miseria y de las causas de la misma. Es cierto que posee una gran cantidad de poder básico, más que el gobierno, con todas las clases dirigentes; pero un poder elemental, no organizado, no constituye un poder real. El Estado se apoya precisamente en esa indiscutible ventaja de la fuerza organizada sobre la fuerza elemental del pueblo.Por consiguiente, el problema no estriba en si [el pueblo] tiene o no la capacidad de rebelarse, sino en si puede crear una organización que le permita alcanzar la victoria con su rebeldía -y no sólo una victoria casual, sino un triunfo prolongado y definitivo.En eso, y solamente en eso, estriba todo este acuciante problema. Por tanto, la primera condición para conseguir la victoria del pueblo es alcanzar un acuerdo entre el pueblo o la organización de sus fuerzas." (Mijaíl Bakunin, 1870.)

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Cada vez que llega septiembre, los ánimos se encienden. Para todo el movimiento popular representa un antes y un después en la lucha de los explotados. Muchos recordamos a nuestros muertos y lamentamos nuestras derrotas. Por eso septiembre tiene un dejo de tristeza. Sobre todo cuando miramos los hechos más recientes y seguimos viendo muertos y derrotas. Pareciera que esto no acaba nunca, pero en estas fechas también muchos planteamos nuestros desafíos, hacemos nuestras evaluaciones, miramos hacia atrás no solo para llorar sino para sacar lecciones que sirvan en el presente.

En este contexto, como anarquistas, entendemos que la derrota sufrida con el Golpe del ‘73 significó un duro retroceso para el conjunto de la clase trabajadora. Después de eso ha sido muy difícil levantarse, aún reconociendo el esfuerzo que hacen muchos compañeros y compañeras en distintos ámbitos.

Sin embargo, las nuevas luchas que se dan no son una novedad. Al contrario, es la misma vieja lucha de clases la que continúa presente, marcando el camino. Las experiencias vividas antes de la Dictadura fueron parte del mismo proyecto histórico de la clase trabajadora que ha buscado por mucho tiempo el fin de la explotación del Hombre por el Hombre. Pero ahora venimos con más experiencia en el cuerpo, ya que las lecciones del pasado hacen evidente que construir la sociedad sin clases a través del aparato estatal es una ilusión...


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