lunes, 2 de enero de 2012

Entrevista al Secretario General de los Trabajadores Bancarios de Chile: “Se abre un ciclo renovado de desobediencia civil en Chile”

Por Andrés Figueroa Cornejo

El secretario general de la Confederación de Trabajadores Bancarios de Chile, Luis Mesina, es por larga distancia, uno de los más notables dirigentes sindicales del país andino. No roba, no es flojo y es austero. No se le han mojado las convicciones anticapitalistas, no tiene acciones en empresa alguna, es tan impulsivo como cerebral, es miembro del directorio de un sindicato base y académico universitario en materias pedagógicas y de filosofía. Cuenta con poderosos enemigos en la Asociación de Bancos –que reúne al gremio patronal de la industria financiera-, y una breve barra hostil, anónima la mayoría de las veces, y artera siempre. Mesina es dirigente de la única multisindical del área bancaria y de las finanzas de Chile. Almuerza normalmente en el centro de Santiago, en un patio de comida cercano a la sede de la Confederación y la ausencia de alcohol en las actividades ligadas a la lucha o a la convivencia sindical resulta una queja secreta entre algunos. Es cierto, su obsesión compulsiva lo lanza hacia adelante, lo vuelve un lector voraz, una persona inquieta, belicosa y argumentativa. Abajo está su visión actual del país antes de que se evaporen los últimos sudores de 2011.

-¿Cómo evalúas los efectos del movimiento estudiantil chileno?

“Se han abierto perspectivas en todo el mundo, no sólo en Chile, con la irrupción del mundo joven a la lucha social, especialmente en los países del norte africano, el sur de Europa, Estados Unidos y en América Latina (Colombia, Puerto Rico) –que no es algo nuevo, pensando en la juventud de Europa y América en los 60; la de los 50 y que culminó con la Revolución Cubana; de los 40 con la Revolución China, etc.-. En el caso actual, a diferencia de los períodos anteriores, el capitalismo priva los proyectos de vida de los jóvenes. Esto provoca un dilema existencial. Ahora las generaciones se vuelven más dependientes de sus antecesores, los cuales resultan atacados sistemáticamente en el ámbito de la seguridad social y los derechos básicos. También la movilización es fruto de la acumulación de insatisfacciones durante los gobiernos de la Concertación, desde la década de los 90’. Esas administraciones traicionaron la promesa de una mejor vida para las grandes mayorías. Por eso también cayó la Concertación en las urnas, aunque fuera por un porcentaje minoritario de los habilitados para votar. Los estudiantes chilenos se han alzado como uno de los movimientos de mayor combatividad del planeta.”

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