lunes, 3 de marzo de 2008

Trabajadoras del campo... ¡en marzo seguimos luchando!

En memoria de Ana Ramírez, mujer temporera.

Somos trabajadoras agrícolas, vinculadas a las grandes empresas del sector agro-exportador. Sí, aquellas empresas que representan el segundo lugar en la participación de ventas en el mundo, a costa de mantenernos con salarios de hambre y condiciones laborales realmente precarias. En este mes se celebra el “día de la mujer”, pero nosotras las trabajadoras del campo, realmente no tenemos mucho que celebrar, sino mas bien de conmemorar y luchar, y no conmemoramos a la mujer en general, si no a la mujer trabajadora y en especial a la mujer del campo. Sí, aquella que junto a los trabajadores de la fruta, hemos sido las protagonistas de las ultimas movilización en el valle de Copiapó. Esa mujer, hoy reivindicamos, nos acercamos y nos reconocemos.

Ofensiva frente al trabajo

El mes pasado, el presidente de la SNA (Sociedad Nacional de Agricultura) Luis Schmidt, se reunió con la ministra de agricultura Marigen Hornkhl, para presentarle una agenda con los principales temas que urge al sector exportador para el año 2008. Entre ellos estaba, las medidas del gobierno para paliar la caída del dólar, terminar con los conflictos laborales y promover la competitividad e “imagen país”. Frente a esto el Gobierno es claro: inyección de 8 millones de dólares adicionales a las grandes empresas del sector para la contratación de mano de obra agrícola, mayores limitaciones en torno a la negociación colectiva y por supuesto, más represión y criminalización de la protesta social. Sobre el problema inmediato de la caída del tipo de cambio, el gobierno, poco y nada puede hacer, a lo más, aumentar, como ya lo dispuso, de mayores fondos, salidos del excedente del metal rojo, para subsidiar a los ricos del país.

Todas estas medidas, expresan una vez más, que todas las políticas de estos últimos cuatro gobiernos civiles, es defender y dar mejores prestaciones para que las grandes empresas sigan enriqueciéndose, de los bajos costos de producción que Chile entrega a los ricos del país y del mundo; mano de obra barata, recursos naturales, y “paz social”. Sobre el ultimo punto Juan Pablo Matte, secretario general de SNA, es majadero: Al respecto como SNA le expresamos que necesitábamos señales claras y firmes de parte de las autoridades de Agricultura, del Interior y del Trabajo, de modo de no permitir desórdenes y presiones indebidas en situaciones de “debilidad” como lo es el trabajo de cosecha y su oportunidad”.

Los que nos queda por hacer


Frente a esto las/os trabajadoras/es del campo, al estar inscritas en la correas productivas estratégicas para el capital nacional y transnacional, somos altamente importantes si nos planteamos la organización y la unidad a la hora de llevar adelante nuestra demandas laborales. Esto quedo confirmado con las recientes movilizaciones en el norte, donde la serie de reivindicaciones puestas sobre la mesa, son de extrema urgencia para todas nosotras que nos vemos sometidas a jornadas laborales extensas y mal remuneradas. Por eso las demandas exigidas son un piso mínimo que nos debe permitir por un lado, acumular experiencias en torno a unidad en la acción que significa levantar pliegos de petitorios inter-empresa, en ese sentido, es de vital importancia lograr constituir negociaciones por rama productiva o actividad económica, ya que esta permite la unidad de los trabajadoras/es mas allá de la empresa, donde esta trabajando este o aquel trabajador. Lograr en un futuro construir un sindicato único por rama industrial representaría la unidad por la base de todas/os los trabajadoras/es de una misma rama de la producción, la cual tiene la ventaja de superar la fragmentación entre trabajadores/as de empresas de distintos tamaños, unifica en sus demandas a trabajadores/as propios y trabajadoras/es externos, rompiendo con la falsa división creada por la subcontratación entre las/os trabajadoras/es. De lo que se trata entonces es de luchar por la formación de sindicatos únicos por rama industrial que negocien por todas/os los trabajadores/as de la misma actividad económica y que nivelen los ingresos de los trabajadoras/es para cada rama. La ventaja de este tipo de sindicato consiste no solo en la unidad y la fuerza de los trabajadoras/es sino que quiebra el argumento empresarial que sostiene en cada negociación que "subir los salarios los dejaría fuera de competencia". Así como los distintos empresarios tienen, por ejemplo, idéntico costo en suministro eléctrico, que pasen a tener un idéntico costo, para lo que los ideólogos de la economía “neoliberal” llaman el factor trabajo". Pero bueno, estas no son más que perspectivas, que nos facilitarían avanzar para que las/o trabajadoras/es podamos ir recuperando algunas garantías básicas laborales. Ya que por otro lado, de esta lucha, debemos hacer nuestra temprana experiencia política que fortalezca nuestra conciencia política de clase.

Temporeras/os de Rengo, Marzo 2008.

¡¡Arriba los que luchan !!

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