El criminal, bochornoso y negligente actuar de las autoridades centrales desde el primer día del terremoto y que persiste hasta hoy, han provocado una creciente ola de descontento y protestas vecinales en los distintos barrios y pueblos de
Estas protestas que se han extendido, aumentado en convocatoria y que amenazan con radicalizarse antes de llegar al invierno, se convierten en una seria amenaza a sistema político.
En función de este nuevo escenario y ante el creciente descrédito de sus gestiones, los alcaldes concertacionistas de San Pedro y Talcahuano, (Audito Retamal y Gastón Saavedra, respectivamente) hoy se sumaron al movimiento como forma de validarse frente a sus electores, cuestion que desde el poder central es vista como positiva, ya que permite encauzar por vías institucionales el descontento y de esta forma maniatar y controlar la protesta de los vecinos desesperados frente a la multitud de problemas que se han generado a partir de la negligencia y falta de capacidad del estado para responder a la crisis surgida tras el terremoto.
Así, este miércoles, las protestas se iniciaron en Chguayante donde vecinos de Villa Futuro interrumpieron el tránsito en avenida Manual Rodríguez a la altura de calle 12 de octubre en Leonera.
Un par de horas más tarde se iniciaba una marcha de más de tres mil personas desde puente Perales en Talcahuano hasta Concepción, esta marcha era encabezada por el alcalde de la ciudad puerto, fuertemente cuestionado por los vecinos en los días que siguieron al terremoto y maremoto del 27 de febrero.
En forma paralela, el alcalde de San Pedro, junto a un grupo de vecinos de la comuna, ocupaban el único puente que une esta comuna con Concepción, como forma de protestar frente a la desidia y lentitud con que las autoridades centrales han tomado este grave problema. Esta manifestción fue violentamente reprimida por fuerzas especiales de carabineros. El alcalde San Pedrino es otro de los peor evaluados por su accionar tras el cataclismo.
La concertación mueve sus piezas en la zona, por una parte intenta volver a legitimar a sus alcaldes fuertemente cuestionados y por otra intenta encauzar la protesta antes que el pueblo genere su propio proyecto.
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