Entrevista realizada para Anarkismo.net (http://www.anarkismo.net/article/17421)
Veinte días llevan los 33 obreros de la mina San José, en las inmediaciones de Copiapó (Región de Atacama), atrapados bajo la tierra por un derrumbe, soportando el calor infernal de Atacama en un ambiente cerrrado y recibiendo medicinas y alimentos líquidos gracias a un ducto. Mientras todo el país pensaba que no había ninguna esperanza de encontrarlos con vida, gracias a una perforación se logró establecer el contacto con ellos y las autoridades y la patronal, que han tenido a la opinión pública indignada en su contra, pudieron gozar de un cierto alivio. Sin embargo, que nuestros compañeros estén con vida y la enorme alegría que eso significa, no debe hacernos olvidar que acá existen responsabilidades muy claras que no pueden ser evadidas con alusiones a la Providencia o a la suerte de que, por ahora, no hayan muertos. Por ello, hemos sostenido una conversación con tres dirigentes obreros ligados o cercanos a esta tragedia para conocer su opinión sobre las responsabilidades de la patroanl y de las autoridades, así como también sobre las acciones que los trabajadores chilenos puedebn tomar para evitar que tragedias evitables como esta puedan en el futuro seguir enlutando hogares obreros. En breve entrevista telefónica, pudimos hablar con Hernán González, secretario del SINTEC (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, Montaje y Otros), adherido a FETRACOMA (Federación de Trabajadores de la Construcción, Madera, Áridos y Otros); con Jorge Peña, presidente de SITECO (Sindicato Interempresa de Trabajadores de la Gran Minería y Ramas Anexas) y con Jorge Hernández, presidente del SINTEC y secretario general de FETRACOMA, para conocer su opinión.
1. ¿Cuál es la condición de los trabajadores atrapados? ¿Cómo ha reaccionado la sociedad chilena? ¿Qué cosas ven como lo más preocupante por ahora?
HG: La situación de los mineros está estable dentro de su gravedad. Existe una indignación generalizada, pero poca capacidad de respuesta debido a la debilidad de la organización sindical.
JP: De acuerdo al plan de rescate de las autoridades, los mineros estarían siendo rescatados de aquí a un mes y medio, o dos meses… yo igual no creo que los saquen antes de dos meses. Pero los mineros no saben esto, no tienen idea que estarán atrapados por tanto tiempo, y por eso lo que más nos preocupa en lo inmediato es la situación de ellos emocionalmente.
2. ¿Creen que este accidente revela el costo humano que los trabajadores chilenos han tenido que pagar en este modelo económico?
JH: Este accidente revela las precarias condiciones de trabajo que enfrentan los obreros en Chile cada vez que el día despunta. El año pasado murieron 439 trabajadores, la mayoría en accidentes laborales prevenibles. La mayoría de los accidentes fatales ocurren en los ramos de la Construcción, el Transporte y la Agricultura, éstos sectores se llevan la mayoría de las muertes y de los heridos y lisiados, por eso, como trabajadores de la construcción, hemos iniciado una campaña para garantizar más seguridad para los trabajadores.
Las grandes mineras y CODELCO tienen uno de los estándares de calidad más altos de calidad cuando se trata de seguridad laboral y por eso la minería no está entre los sectores con el mayor número de accidentes laborales, pero en la mediana minería la cosa ya cambia. Estas empresas mineras más pequeñas, las que de todos modos están ligadas a los grandes grupos económicos, están bajando los costos por todas partes para aumentar las tasas de ganancia, y obtienen así algunas de las más elevadas tasas de ganancia, pero así también concentran la mayoría de los accidentes laborales.
HG: Hay que destacar que acá existen responsabilidades políticas y penales. Políticas, porque las autoridades no han fiscalizado y como resultado de esta negligencia cientos de trabajadores están muriendo cada año. Y penal, porque esta mina fue reabierta aún cuando en el 2008 había sido clausurada por el accidente sufrido por un obrero que perdió una pierna, lo que revela los problemas de seguridad que existían en esa mina. Hay otro problema que nos preocupa y es que el patrón, Alejandro Bohn, dice que no pagará su sueldo a los obreros todo este tiempo que estarán atrapados, y es probable que estén atrapados por al menos dos meses. ¿Cómo espera que las familias de los trabajadores aguanten todo ese tiempo sin ingresos? Dice que son una empresa pequeña, pero tienen más recursos que los trabajadores para aguantar este momento, lo cual es tremendamente injusto y revela el grado de desprotección de los trabajadores. Tampoco tienen ninguna forma de seguro.
JP: En la minería, como en muchos otros sectores económicos, se ocultan los accidentes laborales. Por ejemplo, se envía a los trabajadores accidentados a clínicas particulares en vez de enviarlos a la Mutual o al Hospital del Trabajador donde queda registro del accidente como de carácter laboral. Esto es muy común entre los contratistas, porque aunque son el sector con más alto índice de accidentes laborales, si esto se registra les afecta para el proceso de licitación. Entonces se oculta.
Por ejemplo, el nuevo presidente de la Federación Minera de Chile, Cristián Arancibia, expresó que en los últimos 18 meses ha habido en realidad 350 mineros muertos en faenas laborales. Esto demuestra que las faenas son peligrosas, porque no se cumplen las normas de seguridad, pero se sigue mintiendo al país.
CODELCO tiene una responsabilidad bien grande en todo este asunto, porque ellos son los encargados de la supervisión. Ellos tienen las mejores condiciones para sus propios trabajadores, para su propia gente, pero no para los contratistas que cada vez son más. Este es un ejemplo que te quiero dar, en El Teniente, hay sectores que son muy peligrosos para trabajar, entonces para allá no mandan a su gente sino que a los obreros subcontratados, a los contratistas. La subcontratación es una amenaza real, rebaja las condiciones de nuestro trabajo a todo nivel… mira, hay que echar un vistazo no más a los zapatos y a los guantes de seguridad de los viejos para ver que en realidad no cuentan con las condiciones básicas de seguridad.
3. ¿Qué lección debe extraer el movimiento obrero en Chile de esta tragedia?
JP: Este tema nos tiene que servir a los trabajadores mineros para desarrollar un movimiento que, primero que nada, haga cumplir las normas de seguridad que ya existen, pero también desarrollar normas nuevas porque estas que hay no son suficientes. Ni el Estado ni los privados tienen intenciones de dar seguridad a los trabajadores. No han mostrado ninguna voluntad, eso es lo real. Por eso pedimos que haya un control obrero a través de los sindicatos, que exista la facultad de poder parar faenas, con goce de remuneración para los trabajadores, si estas faenas son demasiado peligrosas. Es el comité obrero, los propios trabajadores, quienes deben determinar si hay condiciones o si no las hay. Los mismos trabajadores deben empoderarse de su capacidad para velar por su propia seguridad.
No quiero decir que sea totalmente inútil, pero no sirve de casi nada que solamente manden más fiscalizadores, porque hay un problema de fondo. Todas las empresas en el sistema capitalista tienen que aumentar la ganancia y bajar los costos. Como el capitalismo solamente privilegia la ganancia, tienen todo un aparato que vela por garantizar este interés. Los supervisores de CODELCO, si están ante una maquinaria que requiere de mantención o reparaciones, nunca van a parar una faena por tres horas para hacer cumplir la norma, porque eso significa mucha plata para la empresa. Entonces hacen trabajar al viejo en una maquinaria que no está óptima y hace aumenta su riesgo y la posibilidad de que ocurran accidentes.
El problema entonces es denunciar que en el capitalismo no hay posibilidades para la seguridad de los trabajadores, por eso necesitamos más control obrero.
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