Europea, uno de los que afronta una de las situaciones económicas más difíciles, con un desempleo real cercano al 20% de la población activa. Las medidas de ajuste presentadas por el gobierno para llenar las arcas del Estado y estimular la economía, hacen cargar todo su peso sobre las clases populares, en forma de bajada de salarios, impuestos sobre el consumo, reducción de las pensiones, recortes en las prestaciones por desempleo, privatizaciones y trabas a la organización de los trabajadores (como más facilidades para el despido y restricciones a la contratación colectiva).
Con el objetivo de hacer frente a estas medidas antipopulares, desde el sindicalismo más combativo se lleva exigiendo la convocatoria de una huelga general desde que se desencadenó la crisis, pero debido a su falta de implantación fuera de determinados espacios, esta voluntad no se ha podido materializar y ha desembocado en el seguimiento de la huelga general convocada para el 29 de septiembre por CCOO y UGT.
Es muy importante que esta Huelga General sea un éxito y el 29 de septiembre haya en los lugares de trabajo y en las calles una contestación lo más multitudinaria posible a las políticas del gobierno de Zapatero. Si la huelga fracasa, el fracaso no será sólo de quienes la mayoría de la opinión pública percibe como convocantes, CCOO y UGT, sino de toda la clase. Por el contrario, en la medida en que la huelga triunfe, ese triunfo será de los trabajadores, ya que supondrá una demostración de la fuerza que reside en nuestra unión y por tanto un avance para nuestra conciencia y niveles organizativos.
Reproducimos a continuación una declaración internacional producida por la CGT y suscrita por diversas organizaciones de sensibilidad libertaria.
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