(El Mercurio)
El pasado jueves, al término de la reunión
de la nueva directiva de la UDI con el Presidente Sebastián Piñera y los
ministros militantes del partido, la titular del Trabajo, Evelyn
Matthei, se acercó al Mandatario para comentarle acerca de la situación
de los trabajadores portuarios.
El asunto no era casual, porque la secretaria de Estado y el ministro de
Transportes, Pedro Pablo Errázuriz -además del presidente del Sistema
de Empresas Públicas, Domingo Cruzat- están mandatados por La Moneda
para monitorear de cerca las posibles movilizaciones de trabajadores
portuarios que podrían generarse debido a las demandas del gremio, que
se han intensificado en las últimas semanas.
Si bien el Ejecutivo quiere mantener este tema en el ámbito sectorial,
los ministros políticos están siendo informados permanentemente del
asunto y la Unidad de Análisis de Conflictos del Ministerio del Interior
también está al tanto de los hechos.
Los riesgos de posibles manifestaciones -en particular en Coquimbo,
Valparaíso y Talcahuano- han sido planteados ya por parlamentarios del
oficialismo en el comité de coordinación política de los lunes en La
Moneda. No sólo por las demandas puntuales del sector, sino porque
podría convertirse en un nuevo foco de conflicto luego de las
movilizaciones estudiantiles y la reciente crisis en Aysén.
Fue el senador de RN por la V Región Costa Francisco Chahuán uno de los
primeros en alertar de esto en Palacio, cuando era jefe de senadores de
su partido. "Lo reiteré varias veces al interior del comité, porque creo
que hay un peligro inminente de radicalización y contagio", asegura. El
parlamentario dice que aprovechará la cena que tendrá hoy el Mandatario
en su casa con dirigentes de RN para abordar el asunto con Piñera.
Un hecho que alertó al oficialismo es que desde fines de 2010 se
conformó la Unión Portuaria de Chile, que es un grupo sindical que ha
ido ganando representatividad y se define a sí mismo como "más duro". Su
objetivo es justamente unificar al movimiento -actualmente dividido-,
empezando por todos los sindicatos a nivel país, y diferenciarse de
otras agrupaciones de trabajadores "más moderadas", que también han
sostenido negociaciones con el Gobierno, como es el caso de
Contraporchi.
"Queremos avanzar, y si no hubiese en el corto plazo soluciones, nos
vamos a movilizar con más fuerza", advirtió Róbinson Ávalos, uno de los
voceros de la Unión Portuaria de Chile.
Las principales demandas
Una de las demandas transversales del movimiento es obtener una
devolución del impuesto a la renta por dineros que habrían sido mal
descontados a sus sueldos desde el año 1981. En este punto, según
informan desde el Gobierno y desde los trabajadores, ya habría
importantes avances en las negociaciones.
No obstante, algunos sectores de los trabajadores han utilizado las
instancias de negociación para plantear otras solicitudes más complejas y
que son las que mantienen al paro como una posibilidad más cierta.
Según indican quienes han estado al tanto del tema, una de las
peticiones es que se disminuya la cantidad de trabajadores eventuales
-sin contrato- que existen en los puertos, para que integren las plantas
de las empresas administradoras.
Otro foco se genera por las licitaciones portuarias, donde los trabajadores reclaman el recibo de una mitigación o subsidio.
También se demanda por mejoras en infraestructura, seguridad y servicios
de higiene en los terminales marítimos. Las peticiones, indican al
interior del gremio, no son nuevas y muchas de ellas se desprenden del
principal paro del sector en el año 2000, bajo el gobierno de Ricardo
Lagos, cuando el entonces titular del Interior, José Miguel Insulza,
lideró las negociaciones.
Fuente/ El Mercurio
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