Se dice y es algo real, que la única forma que los
estudiantes triunfen es que su lucha sea transversal, en ese sentido se hace
necesaria la articulación con otros sectores sociales o frentes de lucha
populares, como lo son pobladores y trabajadores, sin excluir las luchas y
reivindicaciones propias de estos sectores.
Desde el mundo estudiantil son diversas las estrategias
y tácticas llevadas a cabo para lograr ese objetivo, algunas más fructíferas
que otras e incluso algunas con mero afán de figuración, como se está decayendo en ciertos espacios hoy por hoy.
Por un lado el reformismo plantea unidad con los
sectores partidistas o cupulares de las centrales sindicales como la CUT, en la
cual se está haciendo moda divulgar fotos de dirigentes estudiantiles apoyando
candidaturas con discursos que avalan supuestos cambios en la multisindical, pero
que en el fondo solo son cambios cosméticos –como bien todo el mundo sabe-, debido
a que Arturo Martínez zángano parasito de los trabajadores chilenos, estaba
siendo cuestionado por muchos sindicatos de base, -como la Federación de
Líder-, entre otras organizaciones contrarias a las dirigencias traidoras. Con
la nueva presidencia de la central unitaria cambia el payaso pero el circo
continúa. La clase trabajadora nuevamente se verá abandonada a los ardides del
mercado, inteligentemente simulada por un nuevo pacto por “sumisión” que le
otorgará gobernabilidad a un futuro gobierno de la concertación con una CUT
funcional a dicha coalición.
En otra vereda nos encontramos a los estudiantes que
instrumentalizan a los trabajadores, -dotados de una retórica que cualquier
pastor de iglesia desearía tener- y donde su doctrina la han asimilado desde
realidades foráneas a la nuestra, de ahí quizás su inconsistencia. Estos tipos
se aprovechan de las coyunturas para hacer alarde de una supuesta unidad entre
estudiantes y trabajadores, yendo a las huelgas
con un fin específicamente instrumental, aunque transmitiendo
parafernalicamente una imagen de apoyo, convenciendo previamente a huelguistas
de ir a sus facultades a “exponer” sus problemáticas de obreros. Dicha
exposición no es más que un paseo a veces denigrante que ocasiona incomodidad a
los trabajadores, ya que se encuentran en un lugar extraño para ellos, y en el
cual muchos estudiantes los observan como si fueran seres de otro planeta. De
esta manera se genera una brecha aún más evidente entre ambos mundos,
concibiendo las problemáticas de los trabajadores como distinta a la de los
universitarios y con justa razón, si se caricaturiza al obrero a esos niveles.
Lo peor es que muchos estudiantes, los más incautos o ilusos, creen en
semejante disparate, cuando lo ideal es que los estudiantes vayan a aportar a
la huelga y no los huelguistas a los recintos de estos, debilitando la
movilización al centrarse en actividades de resistencia más que de ofensiva y
todos sabemos que el tiempo en un huelga es algo que no se debe desperdiciar.
Finalmente está la opción de unidad que en La
Batalla de los Trabajadores sostenemos e intentamos generar con los
sindicatos que acompañamos en la lucha codo a codo, muchos de los cuales pasan
a ser nuestros amigos con el tiempo. Asimismo con estudiantes que brindan la
energía y el espacio para los trabajadores sin alumbrar militancias, banderas
ni consignas, únicamente solidarizar con el sentido de clase que tiene
reivindicar las luchas de los obreros. Creemos que los movimientos sociales
deben tener autonomía, los estudiantes no se deben entrometer en las decisiones
de los trabajadores, ni viceversa, cada quien es experto en su frente de lucha,
sin embargo se puede trabajar en conjunto ya que el enemigo es el mismo y los
objetivos similares.
Entre todos se aprende, hay mecanismos de
reciprocidad, y ninguno le trae la luz al otro como si faltara esclarecerle la
película o intentar ser la vanguardia iluminada de cada acto. En la universidad
si bien se aprende mucha teoría, es la práctica la que hace al revolucionario,
y eso se aprende con experiencia, experiencia que se logra en el día a día y no
solo para coyunturas específicas como la huelga, trabajo que debe ser a largo
plazo con constancia y entrega, algo que tienen los trabajadores desde que
nacen y que los estudiantes deben lograr internalizar, no para liderar
procesos, sino para avanzar al lado y en conjunto con los sectores
populares.
En ese sentido el hecho de haber colgado un lienzo
hace un par de días en la casa central de la universidad de Chile -como también
se realizó el año pasado durante la huelga de complementos-, habla de la real
unidad que se debe dar entre trabajadores y estudiantes en la cual se permeen
las luchas sociales de ambos sectores. Si bien esta unidad está en etapa
embrionaria e incipiente -debido a la fuerte despolitización de las bases-, los
nexos con dirigentes, sindicatos y federaciones se hace muy necesaria y un
primer paso, para un futuro prometedor en cuanto unidad entre ambos sectores.
La idea es reencantar a las bases, incentivar la formación y la autoeducación,
la inclusión y la solidaridad entre los propios trabajadores, de igual modo
conquistar paulatinamente las demandas que el pueblo en su conjunto a
levantado. En la Batalla insistimos
en la pega real, con los viejos no solo en un periodo coyuntural, sino
constante, porque además de trabajadores algunos somos estudiantes y
comprendemos que solo la unidad de los que luchan es la que nos dará la
victoria, todo desde el punto de vista del trabajador-estudiante y no del
estudiante que se cree trabajador.
Sin embargo la endivia corroe a muchos y fue así que
hace dos días atrás sacaron el lienzo que elaboraron precisamente estudiantes y
trabajadores en apoyo a las demandas estudiantiles. Tenemos antecedentes de
quienes probablemente fueron –con testimonios fidedignos por la cercanía con el
lugar- y no descansaremos hasta que TODOS los sindicatos que organizaron y
participaron de esta actividad se enteren de lo ocurrido, asimismo alarmarlos
de las posibles manipulaciones e instrumentalizaciones que pueden verse afectados
por grupúsculos sediciosos y de infame
actuar, que velan más por sus intereses partidistas en perjuicio de los de
clase trabajadora y en ese sentido pasan a ser reaccionarios y claramente
enemigos del pueblo.
¡Por una unidad real entre estudiantes y trabajadores!
Se siente se escucha…¡Arriba los que luchan!
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